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Y paso un año


Y así como no queriendo la cosa ya paso mas de un año desde que llegue a mi ciudad natal, de que se termino el viaje y de que estoy trabajando en una oficina como la gente "normal".

Algunos me han llegado a preguntar, y ¿que hace una persona que viaja mas de un año cuando se acaba ese viaje?.. pues que les puedo decir la vida continua, y al igual que todos vivo lo que se me presente, claro que tu visión es distinta y la adaptación es un día a la vez, siempre hay cosas que se disfrutan en grande, como deleitarte de esos detalles como las flores amarillas en la primavera y las moradas en abril, el arco iris que se forma en la fuente cada mañana y los rayos del sol en el camellón de la esquina.

Pero al llegar a la ciudad encontré mi escape de la realidad: mi bici, así que creo que nunca dejare de hacer cosas "raras" que para mi son de lo mas natural creo yo, pero al parecer no tener auto es la cosa mas loca que pueda ver la gente, no entiendo mucho porque, pero igual yo me muevo a mi ritmo y me permite ser libre en cierto modo.

Dicen que me debo comprar un auto, que debo hacer lo que todos hacen, moverme como todos se mueven.. pero entonces ¿me voy a perder el aire de la mañana?, mi abuelo decía que nos levantáramos temprano para sentir el aire de la mañana y juro que en la bici lo siento totalmente y que razón tenía él, porque de verdad lo disfruto mucho, me recuerda que estoy viva, que amaneció de nuevo y sigo en pie.

Empiezo a pedalear y siento como la sangre comienza a circular por mi cuerpo y como casi a fuerzas y sin necesidad de café tengo que despertar, paso por el jardín de la colonia veo los arboles, escucho los arboles e ignoro los claxon de los que se levantaron tarde.

Veo pasar las rutinas de la gente mientras yo me vuelvo parte de su rutina también, como la del señor que barre las hojas de los arboles todas las mañanas, las señoras que van a misa y enfrente del templo el de los jugos se prepara para vender a los creyentes; mas adelante veo como espera puntualmente el chico del pañuelo empolvado a que abran las puertas de su trabajo y justo cuando llego a la mitad de mi camino el camión verde de los refrescos me pasa para empezar su ruta. Y casi nunca faltan mis compañeros de la ruta como aquel chico que cada mañana me regala un saludo y una sonrisa, hace unos meses era de manera tímida pero ahora es con entusiasmo o el señor que no se deja sacar una sonrisa por mas que lo saludo cada mañana, también me da los buenos días el de la llantera que temprano abre su negocio, saca sus llantas y se sienta a leer el periódico en espera de sus clientes.. y así cuando veo que todos viven en una rutina me doy cuenta que ellos son parte de la mía, que la ciudad al igual que a ellos me se ha apoderado de mi tiempo... lo bueno es que mientras pedaleo me da tiempo a disfrutar de observar a cada movimiento de la ciudad, como cambian las plantas en cada estación, como se mueve, la pintan y despintan, la hacen y deshacen pero como al final parece que no pasa nada.

Por eso me gusta como me muevo, como interactuo con ella, como la disfruto.. porque si no disfrutara de mi rutina, que sentido tendría tenerla.. mientras mi mente vuela y planea otras cosas, viviré el momento como siempre lo he hecho.

Y...¿Después que?


Muchas personas en el camino nos hacían la misma pregunta, incluso ahora cuando les platico que hay gente viajando por mas de un año todos me preguntan y que hace alguien que viaja por tanto tiempo cuando llega de regreso a casa.

¿Qué hacer cuando se termine el viaje? era algo que no podía explicar porque ni yo lo sabía, porque muchas cosas paran por tu cabeza, simplemente no tenia idea, pero bueno el viaje termino.. ese viaje termino.

Que hubo decisiones fuertes, que tuve que ser fuertes al decidir  que era lo que se necesitaba; regresar a casa, volver a empezar, tomar fuerza y continuar.. no continuar con ese viaje, continuar con una vida.

Y aquí estoy en casa después de mas de seis meses, el tiempo pasa rápido y mi mente no para de planear, recordar, de vivir el momento. Eso.. eso es lo que he hecho, es lo que hace un viajero al regresar disfrutar cada instante no importa que no sea una vida nómada, disfrutar el viento en la cara cuando sales en bicicleta, reir con esos amigos que tanto se extrañaron, abrazar a la familia que muchas veces hacia falta en el viaje, disfrutar de la comodidad de una ducha calientita y los beneficios de una casa.

Pero a pesar de que es cómodo quedarse en una ciudad con todos su beneficios, trabajar en una oficina que todos anhelan para "tener algo seguro".. mis pies no se pueden quedar quietos, mi mente no para de pensar en viajar y en cada oportunidad que tengo me "escapo" a otro lado, porque lo que me mueve, lo que me mantiene viva es ver otros paisajes, es caminar por otras calles, mis planes van mas allá de una rutina.

Aunque no me quejo si no vivo rodando, porque si algo aprendí al viajar era disfrutar de los momentos, la vida esta llena de ellos y aquí desde mi rutina sonrió por cada amanecer, por cada lluvia que moja mis pies, esos abrazos y esas platicas con la gente que quiero; me gusta porque profesionalmente sigo avanzando, porque me vuelvo mas fuerte haciendo raíces para seguir creciendo dejando un nido al cual poder volver cuando necesites un descanso de volar.

Así que se puede decir que cuando vuelves, aparentemente haces todo lo que la gente "normal" hace, pero pero con otra visión, con otro sentir, con una mente diferente, sin esa preocupación, enfado y frustración con la que viven todos en la ciudad.. y entonces sigo siendo la  rara y ahora nada mas porque sonrió cuando según ellos creen que debería llorar, porque disfruto cada momento libre, porque en esencia dicen ellos sigo siendo una hippie.. pues yo no se si soy citadina, hippie, loca, yo solo se que soy yo y por el momento estoy aquí, mañana no se; porque lo mas seguro es que quien sabe.

Sentimientos encontrados


Es complicado definir que es lo que se siente estar sin viajar después de todo lo vivido, después de ser un ave libre.
El tiempo pasa rápido cuando menos te das cuenta  la rutina te vuelve a comer como un monstruo que no te quiere dejar  volar, no puedo decir que no disfruto de lo que tengo, porque si lo hago, he tomado una nueva vida, una vida citadina, volver a esa rutina del trabajo, de descansar los fines de semana y aprovechar al máximo ese momento libre es sencillo, después de todo no es algo nuevo, es lo que hacia antes de viajar, es lo que nos enseñaron a hacer y lo que te hace sentir cómodo.

Pero esa espina,  ese aprendizaje, esa nueva forma que encontré para vivir y liberar mi mente es la que me termina haciendo la persona "diferente", la hippie o la loca del grupo. Eso para nada me molesta creo que hasta me gusta; si trabajo en una oficina pero ya no vivo el estrés de saber que si pierdo ese trabajo el mundo se acaba, si algo aprendí en el viaje fue a sobrevivir a disfrutar todo y ganarse la vida de manera práctica.

En las cosas pequeñas del día encontré ese motivo para disfrutar mi estado sedentario y no volverme loca o no caer en una depresión por sentirme atada; ir en bici al trabajo, los pequeños viajes cada fin de semana, la salida con algún amigo y conocer gente nueva, nuevas experiencias, esas cosas, esas sonrisas son lo que me tienen de píe.

No puedo decirte que es posible dejar de pensar en dejar todo de nuevo y regresar a la aventura, porque en mas de una vez lo he pensado, pero ahora hay nuevos objetivos, tengo otras cosas que planear, que hacer.. empezar de ceros y planear nuevas rutas, replantear un viaje ahora sola.

A veces me atacan los recuerdos, en momentos la tristeza, pero siempre sale un buen amigo que con una palabra,  un abrazo o simplemente con un Hola!, me regresan a mis objetivos, me regresan a la cordura y la felicidad, agradezco cada momento de mi vida porque de cada instante puedo a sonreír a pesar de todo.

Se que las rutas están ahí para recorrerlas, se que volveré.. pero ahora seguiré en esta pausa de viajar.

De regreso en casa



Después de mas de año y medio de recorrer latinoamerica llego el momento de llegar a casa, una decisión un poco repentina puede parecer, pero las rutas nos van cambiando, las rutas nos llenaron de experiencias que tu visión del mundo, de la vida da un giro, las perspectivas ya no son las mismas y eso es muy bueno, porque maduramos, crecimos y aprendimos.

En el camino no solo vi paisajes, monumentos, pueblos y ciudades, también conocí personas sus historias, su forma de ver la vida, descubres otras formas de vivir y de pensar. Es verdad que para lograr un éxito personal y aprender esto sin salir de casa es posible, pero viajando creas nuevas visiones, pruebas nuevos sabores y cuando regresas a casa la disfrutas de lo lindo.

Ahora regreso no solo a mi país, regreso a mi casa, a la ciudad que me vio nacer y crecer, es un poco raro la verdad que después de mas de cinco años este de nuevo donde comencé a soñar. Recuperar una vida en la ciudad es como estar en otro viaje, un viaje mental de regreso a una vida "normal".

El regreso repentino no dio tiempo para organizar reuniones, ni fiestas, ni bienvenidas.. pero el reencuentro con los seres queridos es muy emotivo, volver a abrazar a mi familia, disfrutar de la sonrisa de cada uno de ellos es el regalo mas grande de la vida.
Volver a ver a esos amigos que desde la distancia me acompañaron y apoyaron, abrazarlos y volver a reír juntos, disfrutar de su compañía y porque no de una cervecita, recordar viejos tiempos y platicar tantas historias que hay por contar.  Eso hace que retomar lo que se dejo alguna vez, sea muy llevadero y agradable.


Estoy muy feliz de volver a probar los sabores de mi tierra, de re descubrir lo que tiene que ofrecer mi ciudad, porque al verla con otros ojos encuentro nuevas cosas, nuevas experiencias y nuevas personas. Estoy disfrutando de cada momento y aunque después de la vida andariega regreso a una rutina, horarios, correos y celulares, la libertad se quedo conmigo que me hace disfrutar de los pequeños momentos, porque si algo aprendí en el viaje es que la vida esta hecha de momentos y eso es lo que nos hace sentir vivos.

Ahora tomare un descanso de la vida de viajera, tal vez no me pueda quedar mucho tiempo quieta y este será un momento para reflexionar de que rumbo tomare después, de crear raíces fuertes para seguir volando.

Y nunca me cansare de agradecer a todos los que nos ayudaron y a los que me siguen ayudando.. Gracias ángeles de mi vida.

En Buenos Aires decimos...Hasta Luego


Un año y seis meses exactamente duro esta aventura. Muchas personas y hasta nosotros mismos no creiamos que podriamos llegar al fin del mundo, era la meta, era un sueño y una locura. Recorrer latinoamerica ¿Que te va a dejar? ¿ De que te va a servir? eran las preguntas de los que se quedaban en el retrovisor cuando empezamos a viajar y ¿Quieren saber que me dejo?

Bueno pues me dejo las cosas mas hermosas que la vida te puede dar, algo que si no hubiera salido jamas lo conoceria, no lo descrubriria, lo mas importante fue la cantidad de amigos, sonrisas, platicas con muchas personas que conoci, que les deje un pedacito de mi corazón en cada casa, en cada negocio en cada calle.
Aprendi muchisimas cosas que ni leyendo mil libros las conoceria y es que las mejores lecciones de vida se aprenden precisamente viviendo.

Que si ¿fue facil?, que si ¿eran vacaciones?, la verdad es que no, ni eran vacaciones ni tampoco fue facil, pero tampoco dificil o imposible, porque cuando uno lucha por sus sueños cualquier esfuerzo, trabajo o adversidad se supera con facilidad porque se tienen ganas de seguir, de ver la meta, hasta lo que pareceria ser un fracazo lo disfrutas porque sabes que pusiste el maximo de tus esfuerzos y aprendiste una nueva leccion. Ademas no estabamos solos, siempre habia alguien ahi que nos acompañaba, yo le digo Dios, pero tu puedes decirle como quieras, energia cosmica, luz, pacha mama etc. pero el siempre nos ayudaba, no necesitas verlo o escucharlo para saberlo, en cada rincon del mundo tenia un angel para ayudarnos, asi claro que es facil superar todo.

Aprendi a dejar el estres a un lado y disfrutar las cosas que estan ahi , a maravillarme con cada instante con todo, desde ver como salta una mantarraya al atardecer o como es posible que crezcan arboles a pesar del viento, sin television (que es un gran grillete) descubri a conocer a la gente, a verla pasar y disfrutar de como corren con prisa como hormigas y siempre preguntarme ¿porque nos volvemos locos con el tiempo?, por eso deje de lado el reloj ya no quiero verlo, solo pongo alarmas para llegar a tiempo a una cita, porque siempre he sabido que el tiempo de los demas tambien es sagrado, cada quien lo aprovecha como quiere y yo lo aprovechaba de la mejor manera.

Deje todas las cosas materiales a cambio de un paisaje distinto cada mañana, a despertarme con las aves y con el sol, a ver las estrellas y disfrutar de cada lugar, de las ciudades y su locura, de las playas con sus olas,  de sentir bajo mis pies la arena, piedras, asfalto.. disfrutaba un rayito de sol en el frio que te hace temblar o sonreir cuando una brisa te refrescaba en el clima mas sofocante.

Caminar por valles, desiertos, glaciares, la pampa, los andes, el mar, lagos y lagunas.. comer las frutas mas ricas, los platillos que aunque comunes para unos raros para otros, tomarte un tinto en Colombia y saber que no es vino, que una refaccion en Guatemala no es para el auto y una factura en Argentina es deliciosa en el desayuno. Todo esto para mi es mas que chimba, tuanis, prity, chevere, chido o bacan.

Podria escribir y escribir de todo lo que me dejo el viaje, pero no hay tantas palabras para explicarlo, puedo hacer un libro entero pero si no lo has vivido no lo podras entender, asi que les dejo de tarea que lo hagan aunque sea en un viaje corto pero que lo hagan con todo el corazon y la mente abierta para descubrirse a si mismos y descubrir a la tierra y su gente, que vayan a la aventura y se maravillen con las cosas pequeñas.

Pero todo en esta vida tiene un ciclo y las despedidas siempre fueron lo mas dificil, cada que partiamos de un lugar llegaba este momento inevitable, lo admito, nunca pude no llorar, siempre una lagrima rodaba cuando decia adios y sentia el motor arrancar, porque aunque fueran unas horas pero lograba encariñarme con esa gente, con sus sonrisas, con sus ojos llenos de emocion cuando les contaba de esta aventura.

Asi que habran de entender que ahora que llego el momento de despedirme de este viaje, de dejar esta aventura y mas dificil aun dejar a mi compañero de viaje, de aventuras, el que siempre estuvo a mi lado a veces en silencio, otras veces enojados, pero muchas veces cantando, bailando, comiendo y bebiendo, surfeando y trabajando, vencimos nuestros miedos, encontramos nuestras fortalezas, crecimos y cambiamos juntos. Y aunque al final de este viaje descubrimos que no viviremos una vida juntos, se que tendremos un bello recuerdo que nos mantendra unidos para toda la vida. Y que como todo viajero en este mundo algun dia las rutas se pueden volver a cruzar para compartir miles de experiencias.

No dejaremos de viajar porque la vida misma es un viaje, simplemente esta etapa de nuestras vidas llego a su final. Y no me queda mas que agradecer a todas las personas que fueron parte de este viaje y lo hicieron posible, esto te incluye a ti que estas leyendo, porque se que si lo lees es porque nos seguiste o quieres viajar y te emocionas con nosotros y esa buena energia que desprendes llega hasta nosotros para seguir adelante... Y no me despido, simplemente digo "Hasta luego"